lunes, 26 de marzo de 2012

Viva (II)

El Musée d'Art moderne de la Ville de París (MaM) acoge hasta principios de julio 'Resisting the Present. México 2000/2012', una fantástica exposición colectiva que reúne el talento de 24 artistas mexicanos cuyas obras reflejan una visión artística abiertamente influenciada por la corrupción, la violencia, o las paradojas derivadas de la globalización económica.
En este sentido, algunos de los trabajos que destacan de entre los 50 seleccionados son la obra del colectivo Tercerunquinto de Monterrey "No hay artista joven que resista un cañonazo de 50.000 dólares" - una corrosiva parodia de la mercantilización del arte-, el fémur de un elefante mexicano pintado con los mismos colores que la bandera -obra del artista Jonathan Hernández que, según la comisaria Ángeles Alonso, supone "una burla de la identidad nacional mexicana, ya que en México no existen elefantes, al igual que tampoco existe una identidad nacional homogénea"-, o "Este es mi reino", el cortometraje dirigido por el cineasta Carlos Reygadas integrado en el proyecto 'Revolución', utilizado junto a los de otros nueve directores -entre los que se encuentran Gael García Bernal o Diego Luna- como parte de las celebraciones por el centenario del movimiento revolucionario en México.
Después de todo, si de algo vale esta permanente resistencia al presente, es la manifiesta capacidad de estos artistas de tragar chatarra y sin embargo lograr escupir oro a cambio. Precisamente lo contrario a Benedicto XVI



lunes, 19 de marzo de 2012

Photomaton (II)

"Autobiographie en photomatons 1968-1988" es, ante todo, una batalla ganada al ineludible paso del tiempo. Una historia fragmentada que congela el calendario entre dos décadas clave. Una coherente vuelta a los orígenes de Pierre Commoy y Gilles Blanchard convertidos desde entonces y para siempre en Pierre et Gilles.
En este sentido, el primer libro editado por Bazar Edition -la editorial recién fundada por el periodista Thomas Doustaly-, constituye un auténtico Facebook antes de que existiera el propio Facebook, gracias a las generosas donaciones particulares de numerosos amigos de los artistas y la cabina de un parisino fotomatón situado en pleno centro de la Bastilla. En su interior se dieron cita desde lolitas trasnochadas como Eva Ionesco, a futuros iconos de la moda como Christian Louboutin, o, simplemente, gente desconocida, fiel reflejo del gusto por la mezcla y la democratización del star-system que traía consigo la llegada del movimiento punk a Francia y, muy especialmente, la apertura de Le Palace capitaneado desde París por Fabrice Emaer. Su temprano fallecimiento y la dramática aparición del VIH provocó un anticipado fin de ciclo, incrementando aún más si cabe la importancia de este nostálgico puzzle digitalizado a la hora de homenajear una época irrepetible.




viernes, 16 de marzo de 2012

Photomaton (I)

"Nos conocimos en una fiesta en París. Pierre era fotógrafo, Gilles pintor. Nos enamoramos y nos hicimos inseparables. Nos aportamos cosas mutuamente. Éramos diferentes pero complementarios. Nos llevamos tan bien que poco a poco nuestros trabajos se fueron mezclando hasta convertirse en uno sólo y, desde entonces, no hemos podido trabajar por separado nunca más." - Pierre et Gilles



sábado, 10 de marzo de 2012

Acto

Madrid se reencontró anoche con el más puro espíritu de 'La Movida' al ver cómo Ana Curra se subía de nuevo a los escenarios dispuesta a desempolvar "El Acto", esa joya ochentera firmada por Parálisis Permanente que, cumplidos 30 años desde su aparición, mejor ha ido envejeciendo con el paso del tiempo. Una oportunidad única para recordar también el talento del ex-Pegamoide Eduardo Benavente, una de las figuras más prometedoras de aquella irrepetible época de excesos en la que, como tantos otros, la fatalidad se cruzó en su camino encontrando la muerte en un accidente de carretera.





miércoles, 7 de marzo de 2012

domingo, 4 de marzo de 2012

Drums (I)

Cuando mi amiga Carolina supo que iba a ver a The Drums sin que ella pudiera acompañarme, me pidió que le hiciera una pequeña crónica del concierto, así que, como diría Fernando Márquez "El Zurdo", este post es para ti.
Todo empezó el pasado viernes, cuando el reloj apenas marcaba las siete de la tarde. Y, aunque parezca mentira, ahí estábamos, haciendo cola a semejantes horas rodeados por un serpenteante reguero de quinceañeros que apuraba con ansiedad las últimas caladas del pitillo antes de entrar. Unos treinta minutos después ya estábamos buscando el alcohol en la barra del Bataclan, la mítica sala parisina en la que berrearon los iconos más representativos del punk británico, estadounidense o francés (donde por haber, también hubo unos cuantos).
Dos lingotazos de whisky mientras ocupábamos las primeras filas terminaron por conectarme definitivamente con el espíritu de Alain Pacadis, y, cuando me di cuenta, Lescop ya estaban en el escenario presentando 'éponyme', un EP muestra del mejor electro-pop francés altamente recomendable para quienes sepan apreciar la diferencia entre Elli & Jacno y David Guetta. Una vez caldeado el ambiente, el telón de fondo que durante todo este tiempo rezaba The Drums en letras gigantes cobró por fin todo su sentido, y los de Brooklyn recogieron el testigo debutando con el enérgico 'What You Were', uno de los cortes iniciales de ese Portamento con el que siguen recorriendo el mundo.
A partir de ese momento, Jonathan Pierce y los suyos se entregaron por completo al público, escudándose en los infecciosos estribillos que encierran temas como 'Me And The Moon', 'Forever And Ever Amén', o el que fuera el primer single de este segundo disco e irremediable transmisor del actual espíritu de nuestra época: 'Money'. Hubo que esperar a las nostálgicas 'Days', 'How It Ended' o 'The Future' -tema tras el cual abandonaron el escenario- para rebajar el éxtasis inicial al terreno de las emociones. De vuelta, la experimental 'Searching For Heaven' -ese deliberado paréntesis que inevitablemente deja volar nuestra imaginación hacia los nuevos derroteros que podría tomar el grupo-, ponía la nota electro al repertorio final en el que al baladón 'Down By The Water' se le sumó contra todo pronóstico 'Let's Go Surfing'.
Un cierre potente e imprevisible que parece reconciliar al fin a la banda con ese primer himno con el que se dieron a conocer en aquel Summertime! y que desde entonces nos lleva a hacer cola un viernes a las siete de la tarde.