miércoles, 24 de abril de 2013

OUI (II)

El número especial de Libération consagrado a los artistas Pierre et Gilles con el que desayunaron ayer los franceses, anticipaba desde primera hora el ambiente de celebración propio de una victoria anunciada. Y así fue. Tras varios meses de acalorados debates en los que la tensión ha ido en aumento hasta agitar violentamente las calles, Francia ha dicho al fin "sí" entre aplausos y gritos de "Égalité!" a la ley que en breve permitirá la adopción y el matrimonio entre personas del mismo sexo, haciendo un poco más creíble uno de los tres pilares en los que se asienta la República. 
Con la histórica votación a favor de los diputados socialistas reunidos por segunda vez en la Asamblea Nacional, se da por cumplida una de las promesas estrella de un François Hollande que, sin embargo, continúa hundido en las encuestas a escasos días de la conmemoración de su primera victoria electoral frente a Nicolas Sarkozy. Instantes después de conocer los resultados, el sucesor del ex presidente y actual líder de la conservadora UMP, Jean-François Copé, anunciaba que recurriría la ley ante el Constitucional, con la inevitable sensación de déjà-vu que para muchos trae consigo ese tipo de decisiones. 
Afortunadamente, en la tarde de ayer Copé y los suyos tan sólo fueron una penosa excepción, siendo una emocionada Christiane Taubira la encargada de convencer una vez más de que, a pesar de todo, otra Francia es posible. Además de destacar la importancia que supone el reconocimiento de una ciudadanía plena vetada hasta el momento a las parejas del mismo sexo, la ministra de Justicia -por quien sin duda merece la pena aprender francés-, recordó a los que últimamente "han sido heridos por las palabras o los actos" aprovechando la presencia en la Cámara de una de las víctimas más recientes de la homofobia. 
Consciente de la repercusión de esta ley en las nuevas generaciones, Taubira reconoció el lugar que éstas tienen en la sociedad, instando a los adolescentes homosexuales -esos que al otro lado del Atlántico encuentran en el suicidio la única salida posible al acoso que padecen- que "en los últimos días han descubierto una sociedad en la que la sublimación de los egoísmos permitió a algunos protestar ruidosamente contra los derechos de los otros" a "mantener la cabeza alta", ya que "no tenemos nada que reprocharos"
Mientras los opositores al Mariage pour tous liderados por Frigide Barjot se manifestaban de nuevo contra esta histórica ampliación de derechos, la celebración se trasladaba de la Asamblea Nacional a la céntrica plaza Baudoyer, en la que Bertrand Delanoë -alcalde de París-, Valérie Trierweiler -esposa de Hollande- o Nicolas Gougain -portavoz de la asociación Inter-LGBT- congregaron a cientos de partidarios de la igualdad ansiosos por festejar este triunfo al ritmo de Pet Shop Boys o Daft Punk. Bienvenidos al siglo XXI.




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